Un evento híbrido entre ritual, oráculo y carnaval político-tecnológico donde se mezclaron música, fanzines y performances para cuestionar el rostro y la identidad. Todo ocurrió en clave futurista y arqueológica. La invitación fue a venir enmascarade y sumarse a una procesión colectiva salida de unas “ruinas del futuro”. Hubo recogida de ofrendas, espacio de experimentación y reflexión colectiva, liberación de "El Succ", teknoritual y musikita.